El proyecto de la Primera Línea del Metro de Bogotá, una de las obras de infraestructura más esperadas y emblemáticas de la capital colombiana, continúa mostrando avances significativos que consolidan su presencia en el trazado urbano y refuerzan la confianza de la ciudadanía en su materialización.
Así lo confirmó recientemente la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI) tras una visita oficial a varios frentes de obra, donde su presidente ejecutivo, Juan Martín Caicedo Ferrer, destacó el progreso alcanzado por el proyecto y su impacto en la transformación de la movilidad capitalina.
Durante el recorrido, realizado en compañía de directivos del gremio constructor, Caicedo Ferrer afirmó que hacia finales de este año el viaducto del Metro de Bogotá superará los 10 kilómetros de longitud, un hito que marca el ritmo sostenido de las obras y evidencia que el megaproyecto ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad tangible.
Según cifras oficiales de la Empresa Metro de Bogotá (EMB), a mediados de abril de 2025 ya se contaban con 4.021 metros lineales construidos, especialmente en los sectores de las avenidas Villavicencio y Primero de Mayo, consolidando una importante franja de infraestructura elevada sobre las principales vías de la ciudad.
Actualmente, el proyecto se desarrolla a lo largo de 23,9 kilómetros de recorrido, con 16 estaciones programadas y una capacidad de transporte de hasta 72.000 pasajeros por hora en cada sentido, lo que lo ubicará como el segundo metro con mayor capacidad de transporte masivo en Latinoamérica, después del sistema de São Paulo en Brasil. De acuerdo con el reporte de la CCI, las obras se distribuyen en 215 frentes de trabajo diurnos y 37 adicionales en horario nocturno, lo que permite mantener una ejecución continua a lo largo de toda la línea férrea.

Uno de los hitos más destacados en las últimas semanas ha sido la instalación del primer vano del viaducto en el tramo de la avenida Caracas con calle 28, en pleno Centro Internacional de Bogotá.
Este elemento estructural, compuesto por 13 dovelas prefabricadas que se ensamblan como un gigantesco rompecabezas, mide 35 metros de longitud y representa el arranque visible del viaducto por donde circularán los trenes. La instalación de esta pieza no solo simboliza un avance técnico, sino también un paso histórico en una ciudad que durante décadas asoció el término “metro” con promesas incumplidas.
De hecho, una encuesta reciente realizada por la Empresa Metro de Bogotá refleja el cambio de percepción en la ciudadanía, con un 77,67 % de los encuestados manifestando optimismo frente al proyecto y un contundente 94,7 % asegurando que el Metro de Bogotá es hoy una realidad que operará en los próximos años.
Este cambio de ánimo social se ha visto respaldado por el ritmo constante de ejecución, que con corte al 31 de marzo de 2025 alcanzó un avance físico del 51,82 %, consolidando más de 4 kilómetros de viaducto y una serie de obras complementarias fundamentales para el funcionamiento del sistema.
Entre los avances técnicos se destacan también la construcción de 2 kilómetros de vías férreas en el patio taller de Bosa, de los cuales 650 metros corresponden a la línea de prueba de un total proyectado de 905 metros. Además, se han instalado 5.611 pilotes —4.696 prefabricados y 915 preexcavados—, se han fabricado 3.053 dovelas y se han instalado 1.488 de estas estructuras. Igualmente, se ha finalizado la cimentación de 435 apoyos, construido 390 dados, 367 columnas y fundido 233 capiteles, consolidando así la base estructural del viaducto elevado.
Otro aspecto destacado por la CCI fue la visita a la fábrica de pilotes prefabricados PHC, una planta de última tecnología que produce medio centenar de estas estructuras a diario con estándares internacionales de calidad. Caicedo Ferrer calificó la planta como una réplica de las fábricas que operan actualmente en varias provincias de China, país que, junto a Colombia, aporta la experiencia técnica e ingenieril en la construcción de esta megaobra.

A la fecha, más de 12.000 trabajadores se encuentran vinculados a las obras a lo largo del trazado, reflejando no solo el impacto en términos de movilidad futura sino también en generación de empleo y desarrollo económico para la ciudad y el país. Cabe recordar que la obra fue adjudicada en 2019 y está proyectada para entrar en operación comercial en marzo de 2028, tras casi un siglo de intentos fallidos por materializar un sistema metro en Bogotá.
La Primera Línea del Metro recorrerá nueve localidades de la ciudad, desde el Patio Taller de Bosa hasta la calle 72 con avenida Caracas, beneficiando directamente a más de 3 millones de ciudadanos. Actualmente, el primer tren que hará parte de la flota de 30 unidades ya se encuentra en fase de pruebas en China y se espera su llegada a Colombia en septiembre próximo, un acontecimiento que permitirá realizar los primeros ensayos sobre la línea de prueba en construcción.
Para Caicedo Ferrer, este proyecto icónico trasciende los ideales políticos y se erige como una apuesta de país que abrirá las puertas a una nueva etapa en la movilidad urbana de Bogotá. Según sus palabras, el Metro capitalino zanja definitivamente una discusión de casi cien años y, tan pronto entre en operación en 2028, convertirá a Bogotá en la segunda ciudad con el sistema de metro más eficiente de América Latina.
De este modo, el Metro de Bogotá avanza, paso a paso, desde las columnas y pilotes hasta sus vías férreas y vanos instalados, demostrando con hechos que la capital colombiana está más cerca que nunca de tener su primer sistema de transporte férreo masivo. Una obra que, por su dimensión, su impacto social y su capacidad de transformar la movilidad y la calidad de vida de millones de personas, ya ha empezado a escribir su propio capítulo en la historia de la infraestructura latinoamericana.