Desde hace varios años, Bogotá ha manifestado su interés por convertirse en un referente regional en materia de ciencia, tecnología e innovación. Ese anhelo toma ahora una forma tangible con el megaproyecto del Campus de Ciencia, Tecnología e Innovación de Bogotá (CTeI), una iniciativa de impacto social, urbano y económico que busca transformar la capital colombiana en un epicentro de conocimiento comparable a los principales distritos de innovación que operan hoy en el mundo. El propósito de este ambicioso proyecto es generar un ecosistema articulado en el que confluyan la academia, los sectores público y privado, y la ciudadanía, bajo una dinámica de colaboración permanente que posicione a Bogotá como la capital del conocimiento y de las ideas innovadoras en América Latina.
Para la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), entidad promotora del proyecto, la verdadera innovación se produce cuando se propician conexiones significativas entre distintos actores de la sociedad. Bajo esa premisa, el Campus ha sido concebido como una plataforma integral que facilitará encuentros, promoverá procesos de cocreación y fortalecerá el intercambio de ideas, experiencias y soluciones, con el objetivo de que dichos procesos beneficien directamente a la comunidad y al tejido empresarial local y regional. Un aspecto central de esta iniciativa es la articulación de lo que se conoce como la cuádruple hélice, un modelo de colaboración que integra a la academia, el sector privado, el sector público y la sociedad civil en torno a propósitos comunes de desarrollo.
Uno de los paradigmas más importantes que propone este megaproyecto es precisamente esa capacidad de reunir en un mismo espacio a todos los actores relevantes para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en la ciudad. Se busca así ampliar las oportunidades para generar procesos de cocreación entre participantes con distintas capacidades, conocimientos y recursos, aumentando significativamente las posibilidades de éxito y el impacto de los proyectos que allí se gesten.
Entre los objetivos estratégicos que persigue el Campus se destaca la necesidad de mejorar la competitividad de empresas y emprendimientos en Bogotá y en la región. Para ello, se plantea una oferta de servicios y espacios especializados, que incluyen un centro de transferencia de conocimiento y formación, un laboratorio de productos mínimos viables, áreas de coworking y zonas de networking, entre otros. De igual manera, el proyecto contempla el fortalecimiento de startups, brindándoles un entorno propicio para escalar, desarrollar nuevos productos y servicios, y acceder a mecanismos de aceleración empresarial.
De hecho, se espera que este ecosistema se convierta en una plataforma clave para la creación de empresas de alto valor agregado y para la aceleración de la aparición de nuevos unicornios — aquellas startups que alcanzan una valoración superior a los 1.000 millones de dólares. Para garantizar la viabilidad de estos procesos, se trabajará en promover el acceso al capital de inversión y en la articulación con mercados internacionales, visibilizando proyectos y oportunidades de negocio, y conectando a emprendedores con fondos de inversión, redes de inversionistas y aliados estratégicos.
En esta misma línea, se pretende sofisticar la oferta exportable de la ciudad, ampliando los canales de internacionalización para productos y servicios intensivos en conocimiento. Resulta relevante destacar que, de acuerdo con un estudio del Massachusetts Institute of Technology (MIT), las empresas localizadas en distritos de Ciencia, Tecnología e Innovación tienen en promedio un 15 % más de productividad que aquellas ubicadas en otras áreas de las ciudades, lo que dimensiona el impacto potencial de este proyecto en términos de competitividad y crecimiento económico.
El Campus no solo se concibe como un espacio para el desarrollo de negocios y tecnología, sino también como un motor para la movilidad social y el fortalecimiento del talento humano en áreas de alta demanda laboral. En este sentido, se prevé que el CTIB contribuirá a la formación de perfiles profesionales y técnicos especializados en nuevas tecnologías, cerrando las brechas existentes entre las habilidades que requieren las empresas y la oferta laboral actual, y facilitando la captación de talento de alto nivel que permita a Bogotá insertarse con mayor competitividad en la economía global del conocimiento.
Adicionalmente, este megaproyecto se alinea con la visión de ciudad inteligente que se viene promoviendo desde la Alcaldía de Bogotá, al estimular la innovación urbana y la adopción de tecnologías emergentes en sectores estratégicos. Se trata, en palabras de sus promotores, no solo de una intervención urbanística sino de la base de una transformación estructural que llevará a Bogotá hacia una smart city, mejor conectada, con mayores capacidades de gestión e innovación y con un fuerte compromiso por resolver sus desafíos urbanos y sociales de manera sostenible.
Para materializar este proyecto, se requiere una inversión superior a los 500.000 millones de pesos, de los cuales la Cámara de Comercio de Bogotá y su filial Corferias aportarán más de la mitad. Por su parte, la Alcaldía de Bogotá, a través de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, destinará 85.000 millones de pesos. A estos recursos se sumarán los aportes de los demás socios estratégicos, que incluyen al SENA y a las cajas de compensación familiar Cafam, Colsubsidio y Compensar, logrando así el cierre financiero necesario para dar inicio a la construcción del Campus.
Durante la presentación oficial del proyecto, el alcalde Carlos Fernando Galán destacó la importancia de este esfuerzo conjunto, señalando que “tenemos un ecosistema perfecto para una alianza entre el sector público, el sector privado, las cajas de compensación y los diferentes niveles de gobierno. Este proyecto busca precisamente ser un punto de encuentro que va a permitir que entre todos estos actores podamos trabajar juntos y generar un espacio donde va a haber una apuesta por intercambio de ideas para promover la innovación y la investigación”.
El edificio sede del CTIB será una estructura de 44.000 metros cuadrados distribuidos en 23 pisos, que integrará zonas de servicios especializados para actividades de ciencia, tecnología e innovación, oficinas flexibles, espacios de coworking, así como áreas de interacción, bienestar y comercio, diseñadas para estimular la interacción entre los sectores público y privado. Este edificio se levantará en el predio que actualmente ocupa la Gran Carpa de las Américas de Corferias, y se estima que su construcción concluirá a mediados de 2028.
En términos de impacto social, económico y laboral, las proyecciones señalan que con la puesta en marcha de este Campus se beneficiarán 36.000 personas al año, se capacitarán cerca de 3.000 personas anualmente y se generarán 2.700 empleos directos cada año hasta 2047, consolidando de esta manera una dinámica sostenible de generación de oportunidades.
Las 247 hectáreas que conforman el Campus se ubican en el corazón productivo de la capital, entre las localidades de Puente Aranda y Teusaquillo, zonas que se proyectan como el núcleo de la Bogotá inteligente, sostenible y más productiva que visualiza la administración distrital. Por su localización estratégica, este proyecto ha sido priorizado en el Plan Distrital de Desarrollo ‘Bogotá Camina Segura’, destacando el compromiso de la administración actual en disponer los recursos técnicos, administrativos y financieros necesarios para su ejecución y consolidación.
Se espera que el Campus se convierta, además, en un conector entre la principal aglomeración de conocimiento del país —localizada en el centro de la ciudad— y las zonas empresariales del occidente de Bogotá, permitiendo así la articulación de dinámicas de innovación, transferencia tecnológica y generación de valor agregado, a partir de una infraestructura urbana moderna y funcional, concebida para articular los servicios urbanos, el conocimiento académico y la capacidad institucional del sector público.
Este megaproyecto se perfila, en definitiva, como un punto de inflexión en el desarrollo urbano y productivo de Bogotá, que consolidará su liderazgo como centro de innovación en Colombia y América Latina, al tiempo que contribuirá a transformar su modelo económico hacia uno más sostenible, basado en el conocimiento y la tecnología.