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¿Que Sucedió Con El Parque Ecológico Lago De Texcoco Luego De 8 Meses De Su Inauguración?

El Parque Ecológico Lago de Texcoco nació a partir de una de las decisiones más polémicas en la historia reciente de México: la cual consistió en la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Sobre los restos de aquel megaproyecto inconcluso y controvertido, surgió una de las obras medioambientales y urbanas más ambiciosas de América Latina y del mundo.

Con más de 14 mil hectáreas de extensión, este parque urbano se ha convertido en un auténtico pulmón verde para el Valle de México y, aunque su apertura formal ocurrió apenas el 30 de agosto de 2024, su historia y características lo han colocado ya como un hito de integración entre conservación ambiental y desarrollo urbano.

Este proyecto representa mucho más que un espacio de recreación. Se trata de una transformación radical del antiguo lecho del Lago de Texcoco, una zona que durante siglos fue protagonista de la historia natural e hidráulica del Valle de México. Lo que comenzó como un área lacustre vital para las culturas prehispánicas y después fue objeto de desecaciones sistemáticas a partir del siglo XVII para combatir inundaciones, terminó en la década de 2010 como un enorme terreno baldío cubierto de concreto, varillas y materiales de construcción, con el frustrado intento de convertirse en el aeropuerto más grande del país.

La obra aeroportuaria llegó apenas al 20% de su construcción cuando el proyecto fue cancelado en 2019, durante el primer año de la administración del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, tras una polémica consulta pública. A partir de entonces, el reto fue doble: detener el deterioro ambiental y evitar que la zona se transformara en un botín inmobiliario. En ese contexto nació el Parque Ecológico Lago de Texcoco, concebido como Área Natural Protegida y como un ejemplo de rescate ecológico y justicia territorial en una de las regiones históricamente más marginadas de la zona metropolitana.

Hoy en día, este parque es una rareza en el paisaje de la Ciudad de México y sus zonas cercanas. Y a diferencia de espacios como el bosque de Chapultepec, que desde hace décadas concentran la oferta verde y cultural en el centro y poniente de la capital, el Parque Ecológico Lago de Texcoco se ubica en el oriente, sobre el Circuito Exterior Mexiquense, a solo 10 kilómetros de la estación del metro Río de los Remedios. Aquí, en medio de un paisaje semidesértico que al mismo tiempo exhibe vegetación y cuerpos de agua resurgidos, se despliegan canchas deportivas, lagunas, senderos ecológicos, ciclovías, skateparks y hasta un campo para el ancestral juego de pelota mesoamericano.

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El parque alberga más de 250 tipos de plantas y más de 370 especies de animales, muchas de ellas migratorias, y cuenta con miradores ecológicos, museos ambientales, áreas infantiles, zonas de observación de aves y espacios para competencias deportivas y caminatas familiares. Destacando que una de sus grandes particularidades es la desconexión digital que ofrece: ya que en el lugar no hay pantallas, la señal telefónica es limitada y las zonas de cobertura son escasas, por lo que para muchos se ha convertido en un espacio de desintoxicación digital involuntaria pero que trayendo beneficios para la población.

Gran cantidad de personas han asegurado que uno de los grandes valores de este lugar es precisamente esa falta de pantallas y señal. Ya que hay áreas para todas las edades y eso incentiva la convivencia real, sin depender del celular.

A pesar de su ambicioso diseño y el reconocimiento por su valor ambiental, el Parque Ecológico Lago de Texcoco aún no logra posicionarse como un destino popular entre los habitantes de la zona metropolitana. En cuanto a ello, Visitantes frecuentes relatan que llegaron al sitio gracias a recomendaciones de amigos y quedaron sorprendidos por las instalaciones, pero reconocen que muy pocas personas de su comunidad conocen el parque o saben cómo llegar.

Entre las principales limitantes figura la escasa conectividad vial y de transporte público. Desde el centro de Ciudad de México, llegar al parque requiere de vehículo particular o, en su defecto, viajes en taxi que pueden costar hasta 200 pesos desde estaciones de Metro como Múzquiz o Río de los Remedios. Durante los primeros meses posteriores a su inauguración, existieron rutas de transporte gratuitas implementadas por el gobierno local, pero estas dejaron de funcionar y actualmente no hay transporte público directo hacia el lugar.

Esta situación ha restringido notablemente las visitas al parque, especialmente considerando su magnitud territorial y su cercanía con zonas densamente pobladas como Ecatepec, Chimalhuacán y otras zonas contiguas a estas. Asimismo, según algunos expertos, actualmente persiste una resistencia ideológica por parte de ciertos sectores sociales, que prefieren no visitar el parque por considerarlo parte de una narrativa política oficialista. A ello se suma la falta de difusión institucional que permita socializar entre la ciudadanía la existencia y los beneficios de este nuevo espacio ecológico. Por lo que la mayoría de los visitantes actuales llegan por recomendación boca a boca y no por campañas de difusión oficial.

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Por ello, los expertos señalan que este proyecto no se trata únicamente de conservar el medio ambiente, sino de garantizar el derecho al espacio público digno para todos. A pesar de las resistencias ideológicas que subsisten en algunos sectores de la población respecto a los orígenes políticos de este proyecto, la ciudadanía debe valorar este gran espacio por sus aportes sociales y ecológicos.

Recordemos que, dentro de sus instalaciones, el parque cuenta con senderos y ciclovías, áreas infantiles, canchas de fútbol, voleibol, baloncesto, zonas de lagunas naturales recuperadas, miradores ecológicos, skateparks y hasta espacios destinados a la práctica de deportes ancestrales. Además, el museo ambiental instalado en el sitio permite conocer la historia ecológica del Valle de México y los procesos de recuperación del Lago de Texcoco.

Entre las recomendaciones para quienes planeen visitarlo, destacan llevar agua suficiente, usar protección solar, sombrero y gafas, portar ropa y calzado cómodo, evitar dejar basura, respetar la flora y fauna local y tomar en cuenta que el ingreso de mascotas, bebidas alcohólicas, armas, drones y la recolección de plantas o animales está prohibido por tratarse de un Área Natural Protegida.

A más de siete meses de su apertura, El Parque Ecológico Lago de Texcoco representa un caso ejemplar de resignificación territorial y reconversión de infraestructura fallida en un activo ambiental de alto valor para la metrópoli más grande del país. A pesar de su importancia ecológica, cultural y social, aún enfrenta el reto de consolidarse como un espacio reconocido y utilizado masivamente por los habitantes de la zona metropolitana. La falta de transporte público eficiente, la escasa señalización y la limitada difusión mediática son asignaturas pendientes que deberán atenderse para que este megaproyecto cumpla plenamente su promesa de justicia ambiental y social para las comunidades del oriente del Valle de México.

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