Colombia vive un momento crucial en materia de movilidad urbana con la consolidación del Metro de Bogotá y la mirada puesta en nuevos proyectos de transporte masivo. El país, que desde 1995 cuenta con la operación del Metro de Medellín, ahora presencia el arribo de los primeros trenes para la capital y, de manera paralela, contempla la posibilidad de que una tercera ciudad se sume a esta red de sistemas ferroviarios modernos: Barranquilla.
El distrito de Bogotá espera con expectativa la llegada del primer tren de la Línea 1 del metro, cuyo convoy inició su recorrido el pasado 5 de septiembre desde el puerto de Cartagena, en un viaje de cerca de 1.000 kilómetros hasta el Patio Taller de Bosa, considerado el corazón de este megaproyecto. El traslado de los seis vagones que integran la unidad es una operación logística de alta complejidad, coordinada por una empresa especializada en carga sobredimensionada, que emplea seis cama bajas y cuenta con el acompañamiento permanente de la Policía Nacional y el Ejército.
Los vagones, fabricados en China, viajan cubiertos con una malla y cuatro capas de protección para garantizar la preservación de sus sistemas electrónicos, ventanas y demás componentes frente a condiciones como polvo y lluvia. Una vez en la capital, el tren ingresará al hall de cocheras del Patio Taller de Bosa, donde se realizará el ensamblaje y se dará inicio a las pruebas estáticas y dinámicas en una pista de 905 metros de extensión.
En total, llegarán a Bogotá 30 trenes de seis vagones cada uno, de los cuales se espera que tres adicionales arriben en 2025 y que para octubre de 2026 la flota completa ya esté lista para entrar en operación. Cada tren tiene 134 metros de longitud, 2,90 metros de ancho y 3,90 metros de altura, y está conformado por dos vagones tipo S y cuatro tipo M, diseñados para responder a las exigencias de movilidad de una de las urbes más congestionadas del continente.

Mientras Bogotá avanza en la consolidación de su metro, la atención también se centra en Barranquilla, donde el alcalde Alejandro Char confirmó a la revista Semana que ya se adelantan consultas iniciales para estudiar el diseño de un sistema de metro. El mandatario aseguró que se trata de una posibilidad real, impulsada por el crecimiento urbano y la transformación en infraestructura que ha experimentado la capital del Atlántico en los últimos años..
“El metro va a ir más temprano que tarde en Barranquilla. Estamos revisándolo”, señaló Char, al tiempo que mencionó dos corredores como alternativas iniciales para su trazado: la calle 30 y la Avenida Circunvalar. Según el alcalde, se trata de una etapa preliminar de análisis, pero con una visión clara de que el transporte masivo ferroviario debe hacer parte del futuro de la ciudad.
Más allá de la infraestructura, Char hizo énfasis en la importancia del desarrollo social como eje fundamental de cualquier proyecto urbano. “Para nosotros lo más importante no es el metro, el metro va a salir más temprano que tarde. Para nosotros lo más importante es la gente, los pelaos. Sí, los pelaos, esos que hoy nos los quita la delincuencia y los montan en una moto para atracar y para matar”, afirmó, recalcando que su administración busca un equilibrio entre obras físicas y formación del capital humano.

El alcalde también destacó que su gobierno tiene previsto iniciar este mismo año las obras de ampliación del Estadio Metropolitano Roberto Meléndez, que pasará a contar con 60.000 sillas. Según explicó, la financiación está respaldada por la cultura de pago de impuestos de los barranquilleros y por la capacidad de endeudamiento con la banca multilateral que hoy tiene el distrito.
“¿De qué nos sirven las grandes obras si no tenemos un capital humano formado? ¿De qué nos sirven los grandes metros si los pelaos no saben inglés, no tienen carreras técnicas o no conocen de inteligencia artificial?”, cuestionó Char, insistiendo en que la infraestructura debe ir de la mano con el desarrollo de la gente.
Con estas declaraciones, Barranquilla se posiciona como la tercera ciudad del país en considerar seriamente un sistema de metro, siguiendo los pasos de Medellín y Bogotá. De materializarse, el proyecto no solo marcaría un hito para la región Caribe, sino que consolidaría a Colombia como un país que apuesta por soluciones ferroviarias para enfrentar los desafíos de la movilidad urbana y al mismo tiempo integrar políticas sociales que fortalezcan su desarrollo.