El anhelado sueño de los bogotanos de contar con un sistema de transporte masivo moderno, eficiente y sostenible está cada vez más cerca de materializarse. El Metro de Bogotá, una obra que ha sido esperada por más de 80 años, continúa su avance firme y sostenido, alcanzando recientemente un 64,85 % de ejecución con corte al 30 de septiembre de 2025, según lo confirmó el alcalde Carlos Fernando Galán. Este nuevo hito representa un paso decisivo en el cumplimiento del cronograma establecido y refleja la consolidación de uno de los proyectos más ambiciosos en la historia de la capital colombiana.
A través de sus redes sociales oficiales, el mandatario distrital informó que el proyecto rompió nuevamente récord de avance durante el mes de septiembre, al registrar un progreso del 2,69 % entre el 1 y el 30 de septiembre de 2025, lo que demuestra un ritmo de ejecución excepcional para una obra de esta magnitud. Galán destacó que este logro no solo evidencia la eficiencia técnica del proyecto, sino también el compromiso del equipo responsable y del consorcio chino Metro Línea 1, encargado de la construcción de la primera línea del metro. “Otra vez el metro rompió el récord de avance. En septiembre llegamos a 64,85 %. Septiembre fue impresionante. Avanzamos 2,69 % en un solo mes. La obra avanza como está programada y cada vez es más visible para todos los bogotanos. Y no solamente está avanzando la obra física del metro, también los trenes. En los próximos días llegará el segundo tren a Colombia y el primero iniciará sus pruebas en el patio taller”, señaló el alcalde en su declaración pública.
De acuerdo con el cronograma oficial, el Metro de Bogotá entrará en operación durante el primer trimestre de 2028, una meta que cada vez parece más alcanzable gracias al ritmo de ejecución que mantiene el proyecto. La obra, que se extiende por nueve localidades de la ciudad, representa no solo una transformación en la movilidad urbana, sino también un símbolo de progreso, modernización y renovación urbana para Bogotá.
El anuncio del avance coincidió con la llegada al país del primer tren del Metro de Bogotá, que arribó a Colombia a comienzos de septiembre de 2025 y que próximamente iniciará sus primeras pruebas en el patio taller ubicado en la localidad de Bosa, al suroccidente de la capital. Este complejo es considerado el núcleo operativo del proyecto, ya que allí se concentrarán las principales labores técnicas, logísticas y de mantenimiento del sistema. La llegada del primer tren fue recibida con entusiasmo por los ciudadanos, quienes lo acompañaron simbólicamente durante su traslado por las distintas poblaciones del país, celebrando lo que representa para el futuro de la movilidad de Bogotá y de Colombia en general.

El alcalde Galán también informó que el segundo tren del sistema arribará al puerto de Cartagena en octubre de 2025, desde donde será transportado por carretera hasta Bogotá, repitiendo el trayecto realizado por el primero. La llegada de estos primeros vagones marca el inicio de una nueva fase dentro del cronograma del megaproyecto, enfocada en las pruebas operativas y técnicas, que permitirán ajustar los sistemas de control, seguridad y desempeño antes del inicio de la operación comercial.
Además de los trenes, el proyecto recibió durante el mismo mes de septiembre vehículos auxiliares especializados, diseñados para reforzar las actividades de apoyo técnico y logístico. En total, fueron incorporados cuatro equipos de alta precisión, los cuales desempeñarán un papel fundamental en las tareas de mantenimiento, instalación y transporte interno dentro del complejo de Bosa. Estos vehículos tendrán funciones múltiples: remolcar materiales y maquinaria pesada, trasladar rieles y cables, y facilitar la instalación de las puertas de andén en las futuras estaciones.
Las puertas de andén, según los ingenieros del proyecto, son un componente esencial en los sistemas de metro contemporáneos. Actúan como barreras automáticas sincronizadas con la llegada y detención de los trenes, garantizando la seguridad de los pasajeros al impedir el acceso a las vías electrificadas y promoviendo un flujo ordenado de ingreso y salida de los vagones. Su instalación forma parte del estándar de seguridad internacional que caracteriza a los sistemas de transporte de última generación y que será implementado en la capital colombiana por primera vez.
El viaducto principal sobre el que circularán los trenes ya se extiende a lo largo de 24 kilómetros, atravesando varios sectores estratégicos de la ciudad. Su construcción es uno de los elementos más visibles del progreso de la obra, y se ha convertido en un referente visual del cambio urbano que experimenta Bogotá. A lo largo del trazado se pueden observar los pilares, vigas y segmentos que conformarán el recorrido elevado de la primera línea, un diseño que busca minimizar el impacto en el tránsito vehicular y peatonal, al tiempo que ofrece una solución eficiente frente a la congestión crónica de la capital.

El consorcio Metro Línea 1, conformado principalmente por empresas chinas, ha mantenido un cumplimiento constante de los plazos y estándares de calidad establecidos en el contrato. Este avance sostenido contrasta con el historial de retrasos que caracterizó a otros proyectos de infraestructura en la ciudad, y demuestra la viabilidad de ejecutar obras de gran escala bajo una planificación rigurosa y un monitoreo técnico continuo.
Para la administración distrital, liderada por Carlos Fernando Galán, el avance del metro no es solo una cuestión de ingeniería, sino también una apuesta por el desarrollo sostenible y la calidad de vida. El sistema contribuirá significativamente a la reducción de la contaminación atmosférica, disminuirá los tiempos de desplazamiento y transformará la manera en que los bogotanos se movilizan. Con su puesta en marcha, se espera mejorar la conectividad entre el suroccidente y el norte de la ciudad, impulsando además el desarrollo económico y urbano a lo largo de su trazado.
El proyecto del Metro de Bogotá se consolida así como una obra emblemática que refleja el compromiso de la ciudad con la modernidad, la eficiencia y el progreso. Con casi dos terceras partes de su construcción completadas, la obra avanza conforme al plan previsto y mantiene viva la ilusión de millones de ciudadanos que, tras décadas de espera, podrán ver materializado uno de los sueños más grandes en la historia de la capital: tener un sistema de transporte digno, seguro y de clase mundial, a la altura de una ciudad que mira con determinación hacia el futuro.