El renovado Bulevar de Chipre en Manizales empieza a dar forma a uno de sus elementos más emblemáticos: el nuevo puente peatonal de acero y cristal, una obra de ingeniería que promete convertirse en un símbolo arquitectónico de la ciudad. El pasado 30 de octubre, llegó a la capital caldense la monumental estructura metálica de 56 metros de longitud y 40 toneladas de peso, construida por la empresa CM Estructuras en el municipio de Dosquebradas (Risaralda). Su instalación marca un hito en el proceso de transformación del tradicional mirador de Chipre, un punto turístico y cultural de gran valor para los manizaleños.
El puente, que conectará los sectores de la Media Torta y el Obelisco, está compuesto por tubos de acero de entre 8 y 10 pulgadas de diámetro, soldados y unidos mediante pernos para garantizar su resistencia estructural. La pieza metálica fue descargada cuidadosamente en el sitio donde será instalada, bajo la operación de una grúa de gran capacidad que se destacó en el paisaje del mirador. En total, la estructura está conformada por seis módulos, cada uno con un peso aproximado de 5 toneladas, que suman 30 toneladas, además de 10 toneladas adicionales correspondientes a los pasamanos y las cubiertas, alcanzando así las 40 toneladas totales de acero que dan forma al puente.
El diseño del nuevo paso elevado combina la solidez del acero con la elegancia del cristal, ya que la estructura será complementada con una pasarela de vidrio, permitiendo disfrutar vistas panorámicas del entorno natural y urbano de Manizales. Cada una de las dos columnas principales, de 10 metros de altura, ha sido fabricada para resistir las exigentes cargas del puente, que soportará hasta 500 kilogramos por metro cuadrado. Antes de su traslado, la estructura fue sometida a rigurosas pruebas de calidad y verificaciones de soldadura, garantizando la seguridad y estabilidad del conjunto.
El proceso de izado e instalación será uno de los momentos más destacados de la obra. Dos grúas de alta capacidad posicionarán cuidadosamente la estructura sobre los cuatro pedestales de concreto construidos previamente, apoyados sobre caisson de cimentación con una profundidad de 11 metros hasta terreno firme. Este sistema asegura la estabilidad total del puente frente a las condiciones topográficas del sector.
Simultáneamente, se avanza en la fabricación y montaje de la cubierta superior, también en acero y vidrio, que complementará la estética moderna del conjunto. En paralelo, se desarrollan obras de estabilización del terreno y manejo de aguas lluvias, fundamentales para preservar las condiciones estructurales y paisajísticas del Bulevar de Chipre, uno de los proyectos urbanos más representativos del actual proceso de modernización de Manizales.
Con esta nueva estructura, la ciudad no solo gana un elemento funcional de conexión peatonal, sino también una pieza icónica que redefine su identidad arquitectónica. El puente de Chipre se erige como un emblema del progreso y la ingeniería regional, integrando tecnología, seguridad y diseño en un punto estratégico que invita a disfrutar la belleza del paisaje manizaleño desde una nueva perspectiva.