La capital colombiana está a punto de dar un paso histórico en materia de infraestructura deportiva y cultural. La Alcaldía Mayor de Bogotá, en conjunto con Sencia y el IDRD, ha confirmado oficialmente que la construcción del nuevo estadio de Bogotá comenzará en marzo de 2026, dentro del marco de la APP El Campín, una ambiciosa alianza público-privada que promete revolucionar no solo el escenario del fútbol bogotano, sino todo el entorno urbano y cultural del sector.
En un cambio sustancial respecto a los planes iniciales, el nuevo estadio no se edificará sobre los restos del actual Estadio Nemesio Camacho El Campín, sino que será construido en el costado oriental del polígono, donde actualmente se encuentran las canchas de tenis. De esta manera, se garantiza que el estadio vigente continuará funcionando durante todo el proceso constructivo y será demolido únicamente cuando el nuevo escenario esté finalizado, evitando traumatismos en la agenda deportiva y cultural de la ciudad.
El nuevo estadio tendrá una capacidad inicial para 50.000 espectadores y se perfila como el escenario deportivo más moderno de América Latina. Según la firma concesionaria Sencia, el diseño incluirá tribunas mucho más cercanas a la cancha, techo retráctil, palcos VIP, zonas de experiencia para los aficionados, restaurantes, espacios para personas con movilidad reducida, camerinos modernos y vestuarios especializados para equipos locales y visitantes. Todo esto será desarrollado con una inversión estimada de 500 millones de dólares, aportada íntegramente por el operador privado mediante una iniciativa privada de Asociación Público-Privada.
El nuevo estadio tendrá una capacidad inicial para 50.000 espectadores y se perfila como el escenario deportivo más moderno de América Latina. Según la firma concesionaria Sencia, el diseño incluirá tribunas mucho más cercanas a la cancha, techo retráctil, palcos VIP, zonas de experiencia para los aficionados, restaurantes, espacios para personas con movilidad reducida, camerinos modernos y vestuarios especializados para equipos locales y visitantes. Todo esto será desarrollado con una inversión estimada de 500 millones de dólares, aportada íntegramente por el operador privado mediante una iniciativa privada de Asociación Público-Privada.
Uno de los elementos técnicos más innovadores será la instalación de una tarima retráctil sobre la gramilla, lo que permitirá realizar conciertos y eventos masivos sin afectar el terreno de juego, siguiendo el modelo de los grandes estadios europeos. En cuanto a la logística, el nuevo diseño también prevé más de 3.600 parqueaderos, incluyendo espacios subterráneos, con acceso directo tanto al estadio como al Movistar Arena, lo que facilitará la movilidad y reducirá la congestión sobre la avenida NQS, uno de los principales corredores viales de la ciudad.

Además del estadio, el Complejo Cultural y Deportivo El Campín incluirá diversos equipamientos culturales y recreativos. Se construirá un auditorio para la Orquesta Filarmónica de Bogotá, con una sala principal para más de 2.000 espectadores, una sala alterna para eventos de menor escala y un teatro moderno en el actual terreno conocido como el Palacio del Colesterol. El proyecto también contempla la creación de zonas verdes, plazoletas, parques infantiles, senderos peatonales, una ciclorruta de 1,8 kilómetros, así como zonas gastronómicas, comerciales, un hotel y una clínica deportiva de tercer nivel con atención de la Cruz Roja.
De acuerdo con los planes presentados por Sencia, la ejecución total de la obra tomará 55 meses, es decir, poco más de 4 años y medio, pero con una entrega proyectada para diciembre de 2027, un año antes de lo previsto inicialmente, gracias a la reubicación del estadio. Una vez esté en funcionamiento el nuevo escenario, el antiguo estadio será demolido en un plazo estimado de siete meses, y su terreno también se integrará al gran complejo urbano y cultural.
Este megaproyecto no solo representa una mejora en términos de infraestructura deportiva, sino también una visión de ciudad a largo plazo. Según Sencia, se espera que el nuevo complejo reciba hasta 30 millones de asistentes al año, lo que contrasta con los actuales 4 millones que visitan el sector. Esta dinámica de uso continuo, todos los días de la semana, busca posicionar al complejo como un destino turístico, cultural y de entretenimiento permanente.
Durante la etapa constructiva, se generarán alrededor de 1.500 empleos, y la construcción no implicará afectaciones sobre los eventos deportivos o culturales que ya están programados. En palabras del alcalde Carlos Fernando Galán, este es un proyecto que “hace parte del ADN de Bogotá”, y con su ejecución se consolida una propuesta que viene trabajándose desde administraciones anteriores, integrando los esfuerzos del sector público y privado para ofrecer un espacio de primer nivel para la ciudad y el país.
El anuncio oficial se dio durante la semana del cumpleaños de Bogotá, y representa no solo una respuesta a necesidades técnicas y logísticas detectadas durante los estudios iniciales, sino una apuesta por el futuro de la capital. El mandatario distrital también destacó que el rediseño no sacrificará áreas ni equipamientos previstos en el polígono original, permitiendo cumplir con todos los estándares internacionales, incluido el de la FIFA, para la realización de partidos y eventos de talla mundial.

Así, Bogotá se alista para contar con un escenario que no solo redefinirá su panorama deportivo, sino que se convertirá en un hito urbano, arquitectónico y cultural, aportando al desarrollo integral del sector y elevando el perfil internacional de la ciudad. Con esta transformación, El Campín del futuro será mucho más que un estadio: será un símbolo de modernidad, inclusión y proyección global para todos los bogotanos.
Estadio El Campín será demolido totalmente y reemplazado por uno nuevo en otro sitio
