En un contexto marcado por crecientes tensiones comerciales y políticas, la empresa china BYD, líder mundial en la fabricación de vehículos eléctricos, ha decidido suspender temporalmente sus planes de establecer plantas de producción en México. La medida responde, principalmente, a la incertidumbre generada por las recientes propuestas arancelarias del expresidente estadounidense Donald Trump, así como a otras dinámicas geopolíticas que afectan directamente al sector automotriz global.
En consecuencia, la vicepresidenta ejecutiva de BYD, Stella Li, confirmó que la compañía ha optado por esperar a que el panorama internacional sea más claro antes de tomar una decisión definitiva.
“Las cuestiones geopolíticas tienen un gran impacto en la industria automotriz. Ahora todo el mundo está replanteándose su estrategia en otros países”, afirmó la ejecutiva.

Cabe destacar que, desde 2023, BYD había manifestado públicamente su intención de construir una planta en territorio mexicano. Incluso, en enero de 2025, Jorge Vallejo, director general de la firma en México, declaró que se encontraban en proceso de selección de la ubicación y que el anuncio oficial se realizaría dentro del mismo año. El proyecto contemplaba una instalación con capacidad para producir hasta 150 mil vehículos al año, generando aproximadamente 10 mil empleos directos, con la meta de abastecer el mercado local, el resto de América Latina y, eventualmente, el de Estados Unidos.
Sin embargo, a pesar del interés manifiesto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, aseguró en 2024 que BYD nunca presentó una propuesta formal para el establecimiento de una planta en el país. Esta declaración pone en entredicho la etapa real del proceso y sugiere que, más allá de las conversaciones preliminares, no hubo avances concretos en cuanto a compromisos institucionales.
Adicionalmente, se ha conocido que el Ministerio de Comercio de China aprobó la instalación de una planta en México, pero posteriormente bloqueó la decisión ante sospechas de que dicha inversión podría exponer información sensible a autoridades estadounidenses, según reportó el Financial Times. Esta preocupación refuerza la idea de que los conflictos geopolíticos están influyendo cada vez más en las decisiones estratégicas de expansión internacional de las grandes firmas tecnológicas y automotrices.
Pese a la pausa en México, la compañía no ha descartado su interés en el continente americano. De hecho, mantiene activa su estrategia de crecimiento en Brasil, aunque aún no se ha definido el monto total de inversión. En palabras de Stella Li, “todavía estamos interesados en América, pero no hay un calendario oficial para nuevas inversiones”.
Paralelamente, BYD continúa su posicionamiento en el mercado mexicano a través de otras estrategias. En mayo de 2025, la empresa presentó nuevos modelos de vehículos eléctricos en el Supercool Mobility Center de Puebla. Durante el evento, Óscar Hernández, gerente de la marca, anunció que próximamente llegará al país la Super e-platform, una tecnología avanzada que permite recargar hasta 400 kilómetros de autonomía en tan solo cinco minutos, gracias a una potencia de carga de 1000 kW.

Fernando Rotter, miembro del equipo de BYD, expresó con optimismo: “Cuando BYD instale su planta en México, estaremos en condiciones de competir por el liderazgo del mercado”.
Aunque la inversión física se haya aplazado, estas declaraciones reafirman el interés sostenido de la empresa en fortalecer su presencia en el país a través de soluciones tecnológicas y expansión comercial.
Finalmente, la situación de BYD ilustra cómo los factores geopolíticos y las medidas proteccionistas están influyendo directamente en la toma de decisiones de las grandes corporaciones internacionales. La postergación de su planta en México no sólo representa un ajuste estratégico, sino también un reflejo del nuevo orden económico global, en el que las empresas deben adaptarse con cautela a entornos cambiantes y cada vez más complejos.