La ciudad de Cartagena se prepara para poner en marcha una de las obras de infraestructura vial más ambiciosas de los últimos años: la Autopista Verde, un corredor de 10,23 kilómetros en pavimento rígido que conectará la glorieta de El Pozón, en La Cordialidad, con la Vía al Mar, a la altura de la vereda Tierra Baja. Este proyecto, liderado por el alcalde Dumek Turbay Paz y ejecutado por la Secretaría de Infraestructura Distrital, busca atender una necesidad histórica de movilidad y conectividad para el suroriente y la Zona Norte de la capital de Bolívar.
Actualmente, el trayecto que será intervenido presenta un deterioro crítico: tramos convertidos en trochas, puentes improvisados de madera, hundimientos generados por cuerpos de agua, cráteres y fango que hacen el recorrido altamente vulnerable a las condiciones hidráulicas e hidrológicas de la zona. Estos factores han convertido el paso en una ruta precaria y riesgosa que, en promedio, puede tardar más de dos horas en transporte público.
La obra contempla la reconstrucción total de la vía, con dos carriles en pavimento rígido de alto desempeño, modernas luminarias LED, señalización, andenes y la construcción de puentes y estructuras de paso. A esto se suma la instalación de una estación de Policía en su trayecto, lo que garantizará mayor seguridad para los usuarios. Con estas mejoras, se espera una reducción sustancial en los tiempos de viaje, optimizando la movilidad de miles de personas que utilizan diariamente este corredor.
El proyecto cuenta con un plazo de ejecución de 18 meses y una inversión de $147.272 millones, lo que lo convierte en una de las intervenciones más significativas del actual plan de infraestructura. La Autopista Verde se articulará, además, con otras iniciativas estratégicas de la Alcaldía de Cartagena, como la pavimentación de la vía principal de Tierra Baja, incluida dentro del programa “Vías de la Felicidad”, consolidando así un anillo de conectividad de gran impacto para la ciudad.

Más allá de su relevancia en términos de movilidad urbana, la Autopista Verde tendrá un papel fundamental en el desarrollo económico de Cartagena. Se convertirá en una alternativa directa a la Ruta 90 y a la futura culminación de la vía Perimetral, beneficiando a comunidades rurales como Tierra Baja y La Boquilla. Asimismo, dinamizará la economía turística de la Zona Norte, al mejorar los accesos hacia la Zona Industrial de Mamonal, Playa Blanca y los entornos naturales y culturales de Barú. Se estima que más de 150.000 personas se verán directamente favorecidas con la puesta en servicio de esta carretera.
El componente ambiental es otro de los aspectos distintivos de la obra. El corredor vial bordeará la Ciénaga de la Virgen y estará rodeado por áreas de conservación, lo que refuerza su carácter de proyecto amigable con el ecosistema. De allí proviene su denominación como “Autopista Verde”, un nombre que refleja el compromiso de la ciudad con un desarrollo sostenible que armonice infraestructura y medio ambiente.
El alcalde Dumek Turbay Paz destacó la magnitud del proyecto al señalar que se trata de “una de las obras de movilidad más ambiciosas emprendidas en los últimos tiempos”, que transformará lo que históricamente fue un “camino de herradura” en una vía moderna, amplia y segura. Por su parte, habitantes de la zona como un residente de El Pozón han manifestado ya los beneficios preliminares: incluso en las actuales condiciones precarias, el trayecto les permite ahorrar hasta 20 minutos en sus recorridos, y se espera que este tiempo disminuya de forma mucho más significativa una vez finalizada la autopista.

La Autopista Verde no solo representara un proyecto vial de gran envergadura, sino que también es una apuesta integral por la movilidad sostenible, la seguridad ciudadana y la reactivación económica. Cartagena, con esta obra, da un paso firme hacia la modernización de su infraestructura y la construcción de una ciudad más conectada, eficiente y comprometida con su entorno natural.