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El Bypass Las Torres Avanza a Toda Velocidad Así se Construye Uno de los Viaductos Más Modernos del Perú

El Bypass Las Torres, ubicado en la intersección de la autopista Ramiro Prialé y la avenida Las Torres, en el distrito de Lurigancho-Chosica, se ha convertido en uno de los proyectos viales más destacados de la capital peruana por la velocidad y eficiencia con la que ha avanzado su construcción. Esta obra, ejecutada por la Empresa Municipal de Apoyo a Proyectos Estratégicos (EMAPE) bajo la dirección de la Municipalidad Metropolitana de Lima, tiene como propósito principal aliviar el tráfico que por años ha afectado a los habitantes de Lima Este, una zona donde convergen miles de vehículos particulares, transporte público y carga pesada que se dirigen diariamente hacia la Carretera Central. El proyecto contempla la construcción de un moderno viaducto de aproximadamente 1,4 kilómetros de longitud, con tres carriles por sentido, rampas de acceso, muros de contención, sistemas de drenaje, señalización y obras complementarias que garantizarán una conexión fluida y segura entre la capital y los distritos periféricos del este.

El Bypass Las Torres Avanza a Toda Velocidad Así se Construye Uno de los Viaductos Más Modernos

La magnitud del proyecto radica no solo en su diseño estructural, sino también en la manera en que se ha gestionado su ejecución. A diferencia de otras obras viales que suelen enfrentarse a retrasos prolongados, el Bypass Las Torres ha mantenido un ritmo constante y sorprendentemente rápido, producto de una planificación eficiente y de decisiones institucionales bien orientadas. En primer lugar, la declaración de emergencia del cruce permitió simplificar y acelerar procesos administrativos que normalmente tomarían meses, reduciendo los tiempos de aprobación y habilitando la intervención inmediata. Asimismo, el hecho de que el financiamiento proviniera directamente de recursos metropolitanos posibilitó una mayor autonomía en la gestión presupuestal, evitando los trámites burocráticos asociados al uso de fondos nacionales o internacionales. Esta independencia financiera ha sido determinante para mantener la continuidad de las obras sin interrupciones por falta de recursos.

Otro factor clave que explica la rapidez con la que ha avanzado la construcción es la estrategia de trabajo por frentes simultáneos, mediante la cual se desarrollaron de manera paralela diversas etapas de la obra. Mientras algunos equipos se encargaban del izado de pilares, otros trabajaban en la instalación de estribos, el relleno y vaciado de concreto o la colocación de vigas estructurales. Este método, apoyado por un estricto control técnico, ha permitido reducir significativamente los tiempos de ejecución. Además, el proyecto incorporó procesos industrializados, con la fabricación en planta de gran parte de los elementos estructurales —como pilares y vigas prefabricadas—, lo que no solo garantizó una mayor precisión en los acabados, sino también una notable reducción del tiempo de obra en campo, evitando demoras por factores climáticos o logísticos.

La gestión del tráfico durante la construcción también ha sido un aspecto determinante en el éxito del proyecto. EMAPE implementó un plan de desvío vehicular que permitió mantener la circulación en la zona y minimizar el impacto en los usuarios, evitando las congestiones severas que suelen acompañar este tipo de obras urbanas. Esta organización permitió que los trabajos continuaran de manera ininterrumpida y segura, a la vez que se mantenía informada a la población sobre los cambios temporales en las rutas. Gracias a estas medidas, la ejecución ha podido sostener un avance progresivo y ordenado, alcanzando —según reportes recientes—un 75% de avance físico, con sus 53 pilares ya instalados y varias vigas colocadas en el tramo principal del viaducto. Las autoridades municipales han señalado que el proyecto podría concluir en los próximos meses, siempre que se mantenga el ritmo actual y las condiciones climáticas no afecten el cronograma. 

Actualmente se está finalizando el montaje de las 168 vigas longitudinales de concreto pretensado que componen el proyecto, y actualmente se avanza en la construcción del tablero superior con la conformación de la losa de concreto y se están llevando a cabo trabajos de asfaltado en cada uno de los accesos. Cada viga —de más de 30 metros de longitud y un peso aproximado de 70 toneladas— fue fabricada fuera de la obra y transportada para su instalación mediante grúas especializadas, lo que ha permitido mantener una secuencia de montaje segura y eficiente. Igualmente se llevan a cabo trabajos de instalación eléctrica para la iluminación del viaducto, así como las barreras de seguridad para la protección vehicular

El ritmo de ejecución es tal que, según proyecciones municipales, el proyecto podría quedar concluido antes del primer trimestre de 2026, cumpliendo con el cronograma original e incluso superando los tiempos previstos para una obra de este tipo.

El impacto que tendrá esta obra en la vida cotidiana de los limeños será significativo. Una vez concluido, el Bypass Las Torres permitirá reducir considerablemente los tiempos de viaje entre Lima y Chosica, descongestionando uno de los puntos más críticos de la red vial del oriente capitalino. Se estima que miles de conductores se beneficiarán diariamente con una circulación más fluida, lo que se traducirá en una mejora directa de la productividad, reducción del consumo de combustible y menor emisión de gases contaminantes. Además, al liberar el tránsito en la autopista Ramiro Prialé y sus vías adyacentes, se espera una optimización del flujo de transporte de carga, lo cual impactará positivamente en la logística regional y en la competitividad económica del área metropolitana.  De acuerdo con las proyecciones de EMAPE, la capacidad vial del sector aumentará de 3.000 a 4.800 vehículos por hora, lo que se traducirá en una mejora sustancial en la circulación diaria. Además, esta obra se integrará con otros proyectos estratégicos en ejecución, como la ampliación de la Ramiro Prialé hasta la zona de Huachipa y el futuro enlace con la Línea 2 del Metro de Lima, generando una red de movilidad más eficiente, moderna y sostenible.

Desde un punto de vista urbano y social, el proyecto también representa una oportunidad para revitalizar Lima Este. La construcción ha generado centenares de empleos directos e indirectos, impulsando el comercio local y dinamizando la economía en distritos como Ate, Santa Anita y Lurigancho-Chosica. Asimismo, la nueva infraestructura incluye modernas condiciones de seguridad vial, sistemas de iluminación LED y señalización horizontal y vertical, diseñadas para disminuir el riesgo de accidentes y garantizar una circulación más ordenada. Las estructuras del viaducto, además, han sido concebidas con altos estándares de resistencia sísmica, considerando la vulnerabilidad de la ciudad ante movimientos telúricos, lo que refuerza la durabilidad y seguridad del proyecto en el largo plazo. Además, cuenta con sistemas modernos de drenaje para mitigar el riesgo de inundaciones durante la temporada de lluvias, y con pavimentos de concreto asfáltico de alta capacidad, diseñados para soportar cargas pesadas y prolongar la vida útil de la vía.

Sin embargo, como toda obra de envergadura, el Bypass Las Torres no está exento de desafíos. Algunos sectores han expresado preocupación por las molestias temporales que genera la construcción, especialmente el ruido y la alteración del tráfico en zonas cercanas. Aun así, el consenso general es que los beneficios superarán ampliamente los inconvenientes transitorios. La clave, según coinciden los especialistas, estará en mantener una supervisión técnica rigurosa, garantizar la transparencia en la ejecución y asegurar un mantenimiento adecuado una vez entre en operación.

En síntesis, el Bypass Las Torres se erige como un símbolo del potencial de Lima para ejecutar obras públicas de manera eficiente, moderna y con visión estratégica. Su rapidez constructiva no es producto del azar, sino del resultado de una combinación acertada de planificación, coordinación institucional, tecnología y voluntad política. Cuando entre en funcionamiento, transformará la movilidad en el oriente de la capital, mejorará la calidad de vida de miles de ciudadanos y servirá como modelo de gestión para futuras intervenciones viales en el Perú. Esta obra demuestra que, con liderazgo técnico y administrativo, la infraestructura puede avanzar con la velocidad que la ciudad necesita y con la eficiencia que los limeños merecen.

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