En un anuncio que marca un antes y un después para la infraestructura deportiva del Perú, el Instituto Peruano del Deporte (IPD) y la Conmebol confirmaron el inicio de un ambicioso proyecto de remodelación integral del Estadio Nacional, que elevará su capacidad de 45.000 a 50.000 asientos, modernizará sus instalaciones y lo adaptará a los más altos estándares internacionales de seguridad, tecnología y funcionalidad.
El acuerdo, que establece una cooperación técnica entre ambas entidades, busca garantizar que los estadios peruanos puedan albergar competiciones internacionales de primer nivel, fortaleciendo la infraestructura deportiva del país. Entre las intervenciones previstas para el coloso limeño se incluyen la ampliación del aforo, mejoras en los accesos y áreas para el público, instalación de nuevo césped natural, modernización de los sistemas de iluminación y la implementación de avanzados dispositivos de seguridad. Aunque las autoridades no han precisado fechas para el inicio y la conclusión de las obras, se prevé que el proceso incluya mesas técnicas, definición de fuentes de financiamiento y auditorías internacionales para garantizar la transparencia.
Ubicado en el corazón de Lima, sobre la avenida José Díaz, el Estadio Nacional es un símbolo histórico de la vida urbana y deportiva del país. Su antecedente, el Stadium Nacional de 1927, contaba con una tribuna preferencial de madera y era utilizado principalmente por clubes limeños y en celebraciones patrias. Ante el auge del fútbol y la necesidad de un recinto moderno, este fue demolido para dar paso a la actual estructura, inaugurada el 27 de octubre de 1952 como un monumental estadio de concreto con capacidad para más de 50.000 espectadores.
A lo largo de sus 72 años de historia, el Estadio Nacional ha sido escenario de momentos memorables: partidos de la selección peruana en eliminatorias y torneos sudamericanos, finales de Copa Libertadores, Copa América y Copa Sudamericana, así como campeonatos juveniles Sub-17 y Sub-20. Aquí se celebró la histórica clasificación al Mundial de México 1970, y también se vivieron tragedias, como la de 1964, cuando la anulación de un gol provocó disturbios que dejaron decenas de muertos y centenares de heridos, un hecho que cambió para siempre los protocolos de seguridad en eventos deportivos.

No solo el deporte ha marcado su historia. El recinto ha acogido conciertos multitudinarios, actos políticos, celebraciones religiosas y manifestaciones ciudadanas, consolidándose como una verdadera plaza pública de Lima. En 2010, fue objeto de una importante renovación que incluyó la remodelación de tribunas, la instalación de una moderna cubierta, la renovación de la fachada y mejoras tecnológicas. Sin embargo, la magnitud de la remodelación anunciada actualmente no tiene precedentes, pues involucra intervenciones estructurales, ampliación física del aforo y adecuación a normas internacionales de última generación.
El proyecto no se limita al Estadio Nacional. Incluye también mejoras en el Estadio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, cuya relevancia como sede de eventos deportivos y culturales ha crecido en los últimos años. Además, contempla la construcción de un nuevo estadio para el fútbol femenino en el Complejo Deportivo de Villa María del Triunfo, iniciativa que busca impulsar el desarrollo de esta disciplina y promover la igualdad de género en el acceso a infraestructura deportiva.

En el ámbito nacional, otros recintos como el Alejandro Villanueva, el Monumental de Ate y el Garcilaso de la Vega de Cusco forman parte del plan de intervención, seleccionados por su tradición y su papel en la descentralización del fútbol profesional peruano. La Conmebol ha resaltado el potencial del país para volver a ser sede de competiciones internacionales, lo que generaría un impacto positivo no solo en lo deportivo, sino también en la economía y en la proyección internacional del Perú.
Con este megaproyecto, el Estadio Nacional se prepara para una nueva era, reafirmando su estatus como el principal escenario deportivo del país y un punto de encuentro emblemático para los peruanos. El desafío ahora será coordinar de manera eficiente los aspectos técnicos, financieros y logísticos para que la remodelación se convierta en un referente de modernización y desarrollo en América Latina.