El proyecto ferroviario que busca reactivar la histórica conexión entre Lima y Chosica continúa dando pasos importantes, aunque no exentos de cuestionamientos o controversias. La Municipalidad Metropolitana de Lima (MML), bajo la gestión del alcalde Rafael López Aliaga, confirmó en los últimos días el embarque del primer lote del material donado por la empresa ferroviaria Caltrain a la Municipalidad Metropolitana de Lima al igual que confirmar que el segundo embarque de trenes donados por la empresa estadounidense partirá desde un puerto en California, el próximo 14 de julio, marcando así otro hito dentro de esta ambiciosa iniciativa que ha sido presentada por las autoridades municipales como un proyecto de alto impacto social y de rápida implementación.
El anuncio sobre el embarque del primer lote de trenes, que se concretó la mañana del pasado 19 de junio, fue supervisado personalmente por el alcalde López Aliaga, este lote, partió con destino al puerto del Callao el 20 de junio, transportando un cargamento compuesto por 47 coches galería, 8 locomotoras y 4 contenedores con repuestos, todos declarados en óptimo estado operativo. Según lo previsto por la comuna limeña, este primer lote arribará a Perú entre el 4 y el 6 de julio, siempre y cuando las condiciones climáticas y logísticas sean favorables durante el trayecto marítimo, estimado en aproximadamente 10 a 12 días.
Durante su supervisión en California, el alcalde Rafael López Aliaga destacó que este embarque representa una oportunidad histórica para la capital peruana, al señalar que se trata de una donación valorizada en más de 2.000 millones de dólares y gestionada, según precisó, sin ningún costo para la ciudad. Además, resaltó que este esfuerzo permitirá beneficiar a más de 200.000 usuarios diarios de Lima Este, quienes actualmente enfrentan largos desplazamientos y escasas alternativas de transporte público eficiente.
De acuerdo con lo informado por la Municipalidad de Lima, una vez que los trenes lleguen al puerto del Callao, serán trasladados hacia la emblemática estación Desamparados, ubicada en el Centro Histórico de Lima, donde serán presentados oficialmente al público. Posteriormente, la embarcación que realiza este primer viaje regresará a California para recoger el segundo lote, cuyo zarpe ha sido programado para el 14 de julio y cuya llegada a Perú se prevé para el mes de agosto.
En cuanto al segundo embarque, este incluirá el lote restante de material ferroviario donado, que consta de 93 vagones y 19 locomotoras. Una vez completado este proceso logístico, la Municipalidad de Lima contaría con la totalidad de los trenes donados por la empresa Caltrain, firma ferroviaria que utilizó estas unidades durante varias décadas en zonas como Napa y Silicon Valley. Cabe destacar que Las unidades han sido sometidas a mantenimiento actualizado y operaron recientemente en perfectas condiciones, lo que, según las palabras del mandatario limeño, permitiría que los trenes entren en funcionamiento desde el día de su llegada a la capital peruana.
Sin embargo, Si bien desde la Municipalidad se ha reiterado que el servicio podría ponerse en marcha de forma inmediata, la operación del Tren Lima–Chosica aún no cuenta con la autorización formal del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), entidad que tiene a su cargo la infraestructura ferroviaria nacional. En ese sentido, el propio alcalde reconoció que se encuentran en conversaciones permanentes con dicha cartera para ajustar los acuerdos necesarios que permitan utilizar los rieles existentes sin inconvenientes legales ni técnicos.
En cuanto al recorrido, se ha proyectado que en su primera etapa la ruta del tren contemple paraderos estratégicos en los distritos de Chosica, Chaclacayo, Ñaña, Huaycán, Huachipa, la vía de Evitamiento y Desamparados, en pleno Cercado de Lima. Posteriormente, el plan de expansión contempla ampliar el servicio hacia zonas más céntricas y del norte de la capital, como Caquetá, Universitaria, Fiori y el Callao, utilizando para ello los rieles existentes y generando una red de transporte que permita descongestionar los principales ejes viales de Lima.
Según estimaciones difundidas por la Municipalidad Metropolitana de Lima, este servicio ferroviario tendría la capacidad de transportar hasta 200.000 pasajeros diariamente, lo que representaría un cambio significativo para los habitantes de Lima Este, donde la congestión vehicular y la falta de opciones de transporte rápido y eficiente se mantienen como problemas estructurales desde hace décadas. En ese contexto, el alcalde López Aliaga sostuvo que este tren “cerrará una brecha largamente postergada” y destacó su impacto social.
Respecto a las características técnicas de las unidades ferroviarias, se ha detallado que los trenes donados cuentan con aire acondicionado, asientos ergonómicos, zonas de carga, espacios para bicicletas, baños inclusivos y estructuras de acero inoxidable, lo que —según las autoridades municipales— garantizará resistencia, seguridad y comodidad para los usuarios. Asimismo, se indicó que se tratará de unidades de dos niveles, con capacidad adecuada para responder a la demanda esperada. Como parte de su plan de operación inicial, la comuna limeña prevé iniciar una marcha blanca a finales de julio, con frecuencias de salida cada 10 minutos desde la estación Desamparados, aunque dicha programación quedará sujeta a la autorización definitiva del MTC.
No obstante, más allá del entusiasmo mostrado por las autoridades locales, persisten varias interrogantes que hasta el momento no han recibido una respuesta clara y documentada por parte de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Entre ellas, destacan los costos totales que demandaron las reparaciones y acondicionamiento de los vagones donados por Caltrain, así como los gastos asociados a su traslado desde California al Perú. Asimismo, no se ha informado de manera oficial qué empresa o consorcio será el encargado de operar el servicio ferroviario, ni bajo qué condiciones contractuales o esquema de gestión se implementará esta operación.
Otro de los puntos que ha generado controversia en la opinión pública es la antigüedad de los trenes donados, que en varios casos superan las cuatro décadas de uso. Aunque desde la comuna limeña se ha insistido en que las unidades se encuentran en estado operativo óptimo y con mantenimiento actualizado, especialistas en transporte han manifestado dudas sobre su vida útil remanente y sobre la viabilidad de adaptarlas a las exigencias operativas y de seguridad que impone una línea férrea interurbana en una ciudad de la magnitud de Lima.
Las denuncias públicas sobre supuestas irregularidades en el proceso de donación y traslado tampoco han pasado desapercibidas. Frente a estos cuestionamientos, el alcalde López Aliaga ha evitado profundizar en explicaciones técnicas y ha optado por descalificar a sus detractores, enfocando su discurso en los beneficios sociales del proyecto y el carácter gratuito de la donación, sin abordar de manera directa las observaciones logísticas, técnicas y administrativas que han surgido en torno a la iniciativa.
Por su parte, se ha confirmado que la operación del servicio será asumida inicialmente por la Municipalidad de Lima, en coordinación con el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Según se informó, la inversión municipal para cubrir los costos de embarque y traslado de los trenes se ha estimado en aproximadamente 24 millones de dólares, una cifra que —según recalcan las autoridades municipales— representa apenas una fracción del valor total del material ferroviario recibido.
En suma, el proyecto del Tren Lima–Chosica avanza en su fase logística y de traslado de material, mientras sigue pendiente la autorización definitiva de su operación, la aclaración de aspectos técnicos clave, y la definición de su esquema de gestión futura. La iniciativa, presentada por sus promotores como una solución inmediata y de alto impacto para mejorar la movilidad en Lima Este, deberá afrontar en las próximas semanas un entorno de evaluación crítica tanto desde el ámbito técnico como desde el institucional, antes de consolidarse como una alternativa ferroviaria efectiva para la capital peruana.