La movilidad entre Bogotá y la Sabana de Cundinamarca está cada vez más cerca de experimentar una transformación de gran impacto gracias al avance del Tren Bogotá–Zipaquirá, un megaproyecto de transporte masivo que se perfila como una de las apuestas más ambiciosas de la infraestructura ferroviaria en el país.
En una reunión clave encabezada por el presidente Gustavo Petro Urrego, junto con la directora y secretaria general del DAPRE, Angie Lizeth Rodríguez Fajardo, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey Ángel, y la ministra de Transporte, Soy Mafe Rojas Mantilla, se consolidaron decisiones estratégicas para garantizar la viabilidad de la obra. El encuentro permitió confirmar el aval técnico del Ministerio de Transporte, requisito esencial para la ejecución del proyecto, además de anunciar que en octubre quedará firmado el convenio de cofinanciación, paso determinante para iniciar su construcción.
El proyecto contempla la construcción de 17 estaciones, diseñadas para atender a más de 150.000 pasajeros diarios, ofreciendo una solución real frente a la creciente congestión vehicular en los corredores que conectan la capital con Sabana Centro. Se proyecta que este sistema ferroviario no solo descongestione las vías, sino que se convierta en un eje estructurador de movilidad para miles de ciudadanos que a diario se desplazan entre Bogotá y municipios como Chía, Cajicá y Zipaquirá.
Uno de los aspectos más relevantes del esquema de financiación es que la Nación asumirá el 70% de los recursos, mientras que el 30% restante será gestionado por autoridades regionales y locales, en un modelo de corresponsabilidad que refleja el compromiso del Gobierno Nacional con el desarrollo de un transporte público sostenible. Este acuerdo financiero permitirá consolidar la confianza institucional y acelerar los procesos que conduzcan a la materialización del tren.

El impacto del proyecto trasciende lo estrictamente relacionado con movilidad. Según lo expuesto en el encuentro, el Tren Bogotá–Zipaquirá impulsará la integración regional, fomentará el desarrollo económico en la Sabana y reducirá la huella ambiental gracias a la implementación de un sistema ferroviario sostenible que disminuirá la dependencia del transporte individual y la contaminación generada por el tráfico automotor.
Las autoridades han señalado que la iniciativa es también una apuesta por mejorar la calidad de vida de miles de ciudadanos, ofreciendo tiempos de viaje más cortos, mayor seguridad en los desplazamientos y una infraestructura moderna que permitirá articularse con otros sistemas de transporte en Bogotá y Cundinamarca, como el RegioTram de Occidente, actualmente en ejecución.

El desarrollo alcanzado refleja la visión compartida entre el Gobierno Nacional y la Gobernación de Cundinamarca de construir un modelo de movilidad moderno, eficiente y cercano a los ciudadanos. El Tren Bogotá–Zipaquirá no solo será un medio de transporte, sino un motor de integración social y económica, que reducirá brechas y generará nuevas oportunidades para la región. Con su puesta en marcha, se busca consolidar un emblema de cómo la infraestructura pública puede transformar territorios, conectar comunidades y abrir camino hacia un futuro más sostenible.