En un terreno de 25.000 metros cuadrados inició la construcción del nuevo Hospital San Rafael de Fusagasugá, un proyecto que se proyecta como el más ambicioso en materia de infraestructura hospitalaria para la provincia del Sumapaz y que beneficiará de manera directa a más de 250.000 habitantes de la región. La obra, que responde a una necesidad histórica, busca cerrar la brecha de atención en salud que durante años ha obligado a cientos de usuarios a desplazarse hacia Bogotá o a municipios vecinos en busca de servicios especializados.
Con la nueva infraestructura, el hospital pasará de ofrecer 66 a 94 servicios especializados, lo que representa un salto significativo en la capacidad de respuesta frente a la alta demanda insatisfecha de la población. El complejo contará con 205 camas, 27 consultorios, 45 camillas en urgencias y 7 salas de cirugía, elementos que permitirán una atención más oportuna y con altos estándares de calidad, especialmente en situaciones de emergencia o de alta complejidad.
Uno de los avances más destacados es la incorporación de servicios que hasta ahora no estaban disponibles en la zona, como hemodiálisis, hemodinamia, resonancia magnética y cirugías especializadas en oncología, cardiología, ortopedia, reumatología y urología, entre otras. Estas áreas de última tecnología representan un cambio sustancial, ya que evitarán traslados prolongados y costosos hacia centros de referencia en Bogotá, además de garantizar diagnósticos más rápidos y tratamientos inmediatos dentro del mismo territorio.

El cronograma del proyecto contempla un tiempo de ejecución de 26 meses, con una entrega prevista para octubre de 2027. Actualmente ya se adelantan las fases iniciales de construcción y supervisión técnica, bajo un esquema de vigilancia dispuesto por la Gobernación de Cundinamarca, que busca asegurar la correcta ejecución de la obra, así como su dotación con equipos biomédicos de última generación.
El nuevo San Rafael no solo descongestionará hospitales de referencia como los de Girardot y la capital del país, sino que además fortalecerá la capacidad resolutiva de la red departamental de salud. Con ello, la atención dejará de ser un privilegio concentrado en las grandes ciudades para convertirse en un derecho garantizado en el propio territorio, contribuyendo a reducir la mortalidad y a elevar la calidad de vida de los habitantes del Sumapaz.

Más allá del impacto en la salud, el hospital también generará un efecto positivo en el desarrollo social y económico de la provincia. Durante su construcción y operación se crearán empleos directos e indirectos, dinamizando la economía local. A largo plazo, los pacientes y sus familias también se verán beneficiados, al poder acceder a tratamientos complejos más cerca de sus hogares, lo que reducirá los gastos en transporte, los tiempos de espera y la separación de sus seres queridos.
En definitiva, la construcción del nuevo Hospital San Rafael de Fusagasugá no solo representa un hito en la infraestructura sanitaria de Cundinamarca, sino que marca el inicio de una etapa en la que la atención médica de calidad será una realidad más cercana y equitativa para toda la provincia del Sumapaz.