El fútbol colombiano se encamina hacia una nueva etapa de modernización de sus principales escenarios deportivos, y Medellín no se queda atrás. La capital antioqueña ha confirmado que el histórico estadio Atanasio Girardot, inaugurado hace 72 años y con una capacidad actual para 46.000 a 48.000 espectadores, será objeto de una ambiciosa remodelación que transformará por completo la experiencia de jugadores, aficionados y medios de comunicación. Esta será la intervención más importante desde la realizada en 2011, con motivo del Mundial Sub-20, y la primera renovación estructural de gran envergadura desde la ampliación de tribunas altas en los costados norte y sur entre 1990 y 1991.
El proyecto contempla una inversión superior a 172 millones de dólares, aportados por un inversionista privado, y abarcará la remodelación de 283.600 metros cuadrados, de los cuales 129.000 metros cuadrados corresponden al propio estadio Atanasio Girardot, que será el núcleo central de la intervención. La meta es llevar la infraestructura a estándares internacionales, optimizando tanto las áreas destinadas al deporte como los espacios para eventos masivos, incluidos conciertos y competiciones internacionales.
El anuncio fue realizado por el alcalde Federico Gutiérrez, quien destacó que el objetivo no es únicamente modernizar la infraestructura para el fútbol, sino también potenciar el complejo como un espacio multifuncional. “Tiene que tener una renovación total. Se han hecho estudios para evaluar si era necesario construir un estadio nuevo, pero la inversión sería de billones de pesos y no es indispensable. Con lo que hemos encontrado, es más eficiente modernizar el Atanasio”, explicó el mandatario, quien espera que los diseños estén listos en septiembre de 2025.
Entre las novedades más relevantes, se construirá un hotel deportivo en la actual Villa Deportiva Antonio Roldán, con capacidad para 520 personas y dotado de zonas de concentración, áreas de hidratación y recuperación, gimnasio, consultorios médicos y otros espacios especializados para la preparación física y técnica de los atletas. Asimismo, el proyecto incluye la edificación de un edificio multipropósito junto a la pista de atletismo, que contará con locales comerciales para sectores como el deportivo, gastronómico, farmacéutico y bancario. Este espacio también albergará escenarios para disciplinas deportivas vinculadas al mundo digital y una plaza para el disfrute cultural y familiar, todo complementado con una oferta ampliada de parqueaderos para atender la alta demanda de la zona.

La decisión de Medellín se produce en un contexto de grandes anuncios para la infraestructura deportiva del país. En Bogotá, el alcalde Carlos Fernando Galán informó que el emblemático estadio El Campín será reemplazado por un nuevo escenario con capacidad para 50.000 espectadores, que se ubicará al costado oriental del actual complejo, en el terreno que hoy ocupan “El Campincito” y el Palacio del Colesterol, este último reubicado en una renovada zona gastronómica. El proyecto, liderado por la administradora Sencia, contempla una inversión cercana a los 500 millones de dólares y arrancará el 1 de marzo de 2026, con finalización prevista para el 29 de diciembre de 2027. Durante este tiempo, el antiguo El Campín seguirá operativo hasta la entrega del nuevo, tras lo cual será demolido para dar paso a nuevas instalaciones.
Con estas iniciativas, tanto Medellín como Bogotá buscan posicionarse como referentes de infraestructura deportiva en América Latina, apostando por estadios modernos, funcionales y versátiles que no solo respondan a las exigencias del deporte profesional, sino que también se integren a la vida cultural y económica de las ciudades. En el caso de Medellín, la intervención del Atanasio Girardot y su unidad deportiva representa una inversión estratégica para consolidar a la ciudad como sede de grandes eventos internacionales, generando un impacto positivo en el turismo, el comercio y la proyección internacional de la capital antioqueña.
