Después de años de intentos y múltiples obstáculos, el Club Oriente Petrolero vuelve a poner sobre la mesa uno de sus sueños institucionales más ambiciosos: la construcción de su propio estadio. Actualmente, el equipo disputa sus partidos en el Estadio Gilberto Parada, un recinto que comparte con otros clubes y que, si bien ha servido como casa temporal, no cumple con la aspiración de tener un escenario exclusivo que represente su identidad y proyección a largo plazo.
Este anhelo histórico parece empezar a cobrar fuerza nuevamente. Así lo confirmó el secretario general del club, Gustavo Gutiérrez, en declaraciones al programa Astro Deportes, donde reveló que ya se han sostenido reuniones con empresarios locales de Santa Cruz y que incluso se están explorando alianzas con inversionistas extranjeros, entre ellos una firma china interesada en participar en el financiamiento y desarrollo de la infraestructura deportiva.
“Estamos evaluando cómo se hará la inversión. Ya hay contactos con una firma de China para analizar la construcción”, afirmó Gutiérrez, quien evitó por ahora entregar detalles específicos sobre plazos o montos de inversión, pero dejó claro que se trata de un paso clave en la planificación del proyecto. Las gestiones, aunque aún en etapa preliminar, marcan un giro concreto hacia la materialización de un estadio que le permita al club contar con una sede propia y moderna.
Este proyecto no surge de la nada. El 11 de agosto de 2023, durante la presidencia de Ronald Raldes, ya se había presentado un primer diseño arquitectónico para el nuevo estadio. Sin embargo, en ese momento la propuesta no logró avanzar debido a la falta de respaldo financiero, lo que dejó la iniciativa archivada, aunque nunca del todo olvidada. Hoy, bajo una nueva gestión dirigencial y con un contexto distinto, el club retoma con renovado impulso la posibilidad de llevarlo a cabo.
La dirigencia de Oriente Petrolero es consciente de que contar con un estadio propio no solo representa un salto en infraestructura, sino que también fortalecería el proyecto deportivo e institucional del equipo a mediano y largo plazo. Un estadio exclusivo no solo permitiría mejores condiciones para los entrenamientos y partidos, sino que abriría la puerta a mayores ingresos, eventos comerciales, alianzas estratégicas y una relación más cercana con la afición.
A pesar de que aún no hay una hoja de ruta definitiva ni cronogramas establecidos, el club parece decidido a no dejar escapar esta nueva oportunidad. El respaldo empresarial y el posible involucramiento de una compañía extranjera de gran capacidad técnica y financiera como la mencionada firma china podrían convertirse en los pilares para que Oriente Petrolero deje de ser inquilino y pase a ser anfitrión de su propio escenario.
Por ahora, la expectativa crece entre los seguidores del club, que ven con esperanza este nuevo intento por hacer realidad un proyecto largamente esperado. La concreción del estadio propio sería, sin duda, un antes y un después en la historia de Oriente Petrolero, marcando el comienzo de una nueva era en su desarrollo como institución deportiva.
