A pesar de haber sido oficializado hace casi nueve años mediante decreto supremo, el Parque Industrial de Ancón, concebido como un eje estratégico para la transformación productiva del Perú, sigue hasta la fecha sin materializarse. El megaproyecto, ubicado en el norte de Lima y considerado por diversos expertos como un posible motor de desarrollo económico y generación de empleo, continúa sumido en la inacción. La falta de avances concretos, sumada a la persistente burocracia estatal, mantiene el futuro del parque en suspenso, mientras la expectativa de su adjudicación se reprograma una vez más.
Cabe destacar que, en julio de 2024, la presidenta Dina Boluarte anunció con entusiasmo una inversión privada superior a 760 millones de dólares prevista para el cuarto trimestre de ese año, con la promesa de generar más de 35.000 empleos. No obstante, a la fecha, no se ha concretado ninguna adjudicación, ni se han iniciado obras relevantes. Sin embargo, las autoridades solo han confirmado, de manera tentativa, que la concesión podría producirse en el tercer trimestre de 2025, una nueva postergación que genera escepticismo en el sector.
El ministro de la Producción, Sergio González Guerrero, sostuvo recientemente una reunión con el director ejecutivo de ProInversión, Luis del Carpio Castro, y el alcalde de Ancón, Samuel Daza, con el objetivo de evaluar los avances y desafíos del proyecto. Sin embargo, las señales emitidas por el Gobierno no han disipado las dudas sobre la urgencia ni sobre el compromiso real del Estado con su ejecución.
La preocupación ha sido compartida por diversos actores del sector productivo. Entre ellos, destaca la voz del presidente del Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible (IDIS), Jesús Salazar Nishi, quien ha advertido que el país carece de una visión de desarrollo industrial articulada y de largo plazo. El Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible sostuvo que se mantiene la expectativa por concretar el trabajo previamente iniciado por ProInversión; sin embargo, no existen señales claras que indiquen que el proyecto pueda materializarse durante el presente año, por lo que todo apunta a que podría convertirse en una iniciativa más que quede inconclusa. Asimismo, la entidad advirtió que, si bien existen postores tanto nacionales como internacionales con interés en participar, la excesiva tramitología continúa representando un obstáculo significativo para el avance del proyecto.
Uno de los aspectos más críticos que presenta este importante proyecto, es la ausencia de un enfoque integral, que articule el parque con otras infraestructuras estratégicas como el megapuerto de Chancay. A juicio del Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible, Ancón podría convertirse en un parque industrial modelo, dotado de zonas económicas especiales, centros de investigación e innovación, e incluso con participación activa de la academia. Sin embargo, la actual propuesta oficial parece reducirse a un simple conglomerado de lotes industriales sin planificación estratégica, lo que pondría en riesgo el potencial transformador del proyecto.
¿Qué paso con el Megaproyecto Parque Industrial de Ancón que se Construirá en Lima?
Recordemos que el Parque Industrial de Ancón es un ambicioso megaproyecto impulsado por el Gobierno del Perú, a través del Ministerio de la Producción y ProInversión, que busca transformar el norte de Lima en un nodo estratégico de desarrollo industrial, logístico y tecnológico. El proyecto, concebido sobre un terreno de 1.338 hectáreas, de las cuales 715 hectáreas serán aprovechables, contempla la implementación de zonas industriales, parques tecnológicos, áreas de comercio industrial, un truck center y un parque empresarial. Su ubicación estratégica, a pocos kilómetros del megapuerto de Chancay, del puerto del Callao y del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, le otorga una ventaja logística clave para el fortalecimiento de las exportaciones peruanas y la integración productiva del país.
A pesar de ello, el Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible advirtió que concebir el Parque Industrial de Ancón únicamente como una zona geográfica o una simple aglomeración de industrias, sin un proyecto estructurado ni una visión de desarrollo a largo plazo, carece de total sentido. En ese contexto, la entidad enfatizó que el verdadero objetivo debe ser la creación de un ecosistema productivo integral, capaz de generar sinergias sostenibles entre los diversos actores del sector industrial.
Además, La ubicación estratégica de Ancón, a pocos kilómetros del puerto de Chancay, representa una oportunidad única para consolidar un nodo logístico e industrial de primer orden. Sin embargo, según Salazar, el enfoque atomizado y descoordinado entre las autoridades impide aprovechar plenamente esta ventaja geográfica.
Desde el Instituto se advirtió que el Puerto de Chancay fue gestionado como un proyecto completamente privado, y que el Parque Industrial de Ancón también se está planteando bajo un esquema de concesión privada. Sin embargo, preocupa que no exista una autoridad que asuma una visión integral y estratégica de este polo de desarrollo, capaz de articular ambas infraestructuras dentro de un plan coordinado y de largo plazo.
El rezago en infraestructura complementaria, como vías de acceso, interconexiones con el puerto y el aeropuerto, así como proyectos logísticos integrados, agrava aún más la situación. “Lo único resaltable que han hecho en estos últimos meses ha sido reconstruir un puente que solo atendieron porque se cayó”, añadió Salazar con tono crítico, refiriéndose a la falta de planificación vial en torno al megaproyecto portuario.
El Puerto de Chancay, cuya construcción demoró casi cuatro años, ya está en funcionamiento, pero sus beneficios aún no se ven reflejados en el fortalecimiento del aparato productivo nacional. En su primer año operativo, el puerto ha servido principalmente para incrementar las importaciones, sin lograr aún dinamizar las exportaciones de productos manufacturados peruanos, perpetuando el modelo primario exportador que ha caracterizado al Perú por décadas.
Desde el punto de vista técnico y económico, el impacto potencial del parque industrial es innegable. Según estimaciones del IDIS, una infraestructura de estas características podría generar al menos 140.000 puestos de trabajo directos e indirectos y aportar más de un punto porcentual al Producto interno bruto industrial en su primera etapa.
Según las mismas conclusiones del IDIS, sin una visión clara y sostenida de desarrollo industrial, el Parque Industrial de Ancón corre el riesgo de convertirse en otra promesa incumplida. Un proyecto con ambición de futuro, pero atrapado por la inercia estatal y la fragmentación institucional, que aún espera la voluntad política necesaria para convertirse en el motor industrial que el norte de Lima y el Perú tanto necesitan.