El proyecto del Metro de la 80 en Medellín, concebido como una solución de movilidad sostenible para la ciudad, enfrenta actualmente una crisis financiera que amenaza su continuidad. A pesar de los compromisos de cofinanciación establecidos entre el Gobierno Nacional y el Distrito de Medellín, los recursos pactados para las vigencias de 2024 y 2025 no han sido desembolsados, generando una incertidumbre significativa sobre el futuro de la obra.
Según el convenio de cofinanciación, la Nación debía aportar $483.135 millones en 2024 y $497.630 millones en 2025 para garantizar el avance del proyecto. Sin embargo, hasta la fecha, estos recursos no han sido transferidos, lo que ha creado un déficit cercano a $1 billón. Esta situación ha llevado al alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, a expresar su preocupación mediante una carta dirigida al presidente Gustavo Petro, en la cual solicita explicaciones y garantías sobre los desembolsos pendientes. En la misiva, Gutiérrez enfatiza la necesidad de realizar los pagos de manera oportuna para evitar retrasos, sobrecostos y posibles sanciones contractuales.
A pesar de los desafíos financieros, el proyecto ha mostrado avances notables en diferentes frentes. El tramo 1 de la obra presenta un 90% de progreso en estudios y diseños, mientras que los demás tramos alcanzan un 70%. No obstante, el avance general de la obra se sitúa en el 29,3%, lo que hace imperativa la llegada de los recursos comprometidos para no frenar su desarrollo. El 16 de enero de 2024 se firmó el acta de inicio de la etapa de construcción, un hito clave que podría verse comprometido si no se garantizan los fondos necesarios.

Asimismo, En el sector Córdoba, avanza la demolición de estructuras en predios donde se construirá el patio taller del Metro de la 80, un espacio vital para el mantenimiento, reparación y limpieza de los trenes. Hasta la fecha, se han demolido 27 de los 55 predios requeridos. Además, el traslado de redes de alcantarillado, a la altura del Rinconcito Ecuatoriano, tiene un avance del 89% en excavación. Estas intervenciones son esenciales para reubicar las redes subterráneas y evitar interferencias con el trazado de los trenes. También progresa la construcción de la canalización para la red subterránea que suministrará energía al sistema desde la subestación de alta tensión de EPM en Calasanz hasta la avenida 80, con un avance del 35%.
El Metro de la 80 es una iniciativa estratégica que busca transformar la movilidad en la zona occidental de Medellín. Con una extensión de 13,25 kilómetros, el corredor conectará la estación Caribe con la estación Aguacatala, pasando por 14 paradas y 3 estaciones de integración con el sistema Metro. Se estima que cerca de un millón de habitantes, equivalentes al 38% de la población de la ciudad, se beneficiarán directamente de este proyecto, que además contribuirá a la reducción de la congestión vehicular y la contaminación ambiental.
La financiación del proyecto se estructuró bajo un esquema de cofinanciación, donde el Gobierno Nacional aportaría el 70% de los recursos y el Municipio de Medellín el 30% restante. Para asegurar la disponibilidad inmediata de los fondos, se aprobó una estrategia de financiación que incluye créditos por $2,17 billones, respaldados por vigencias futuras hasta 2029 y 2034. Sin embargo, la falta de desembolsos por parte de la Nación ha puesto en riesgo este esquema financiero, generando preocupación entre las autoridades locales y los contratistas encargados de la ejecución de la obra.

La situación se agrava en un contexto nacional donde otros proyectos de infraestructura también enfrentan dificultades similares. Recientemente, el Gobierno Nacional anunció la suspensión de subvenciones oficiales proyectadas para 2025, afectando iniciativas como la construcción de la línea 1 del Metro de Bogotá. Esta decisión, justificada por problemas fiscales, ha sido interpretada por algunos líderes locales como una medida revanchista tras el rechazo de una ley de financiamiento en diciembre del año anterior. En este escenario, la relación entre el Gobierno Nacional y las administraciones locales se ha tensado, lo que podría repercutir negativamente en el desarrollo de proyectos clave para las regiones.
Ante este panorama, es urgente que se establezca un diálogo efectivo entre el Gobierno Nacional y el Distrito de Medellín para resolver la crisis financiera que afecta al Metro de la 80. La continuidad de este proyecto es esencial para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad, promover una movilidad más eficiente y sostenible, y contribuir al desarrollo económico y social de la región. La pronta solución a esta problemática permitirá que Medellín avance hacia un futuro más conectado y próspero.