Actualmente, Bogotá es escenario de una transformación urbana sin precedentes, derivada de la ejecución de una de las obras de infraestructura de movilidad más esperadas del país: la Línea 1 del Metro de Bogotá. Con más de 215 frentes de obra distribuidos a lo largo de los 24 kilómetros del trazado, el avance del proyecto se evidencia día a día. No obstante, uno de los puntos que mayor atención ha generado es el denominado patio taller, considerado el núcleo operativo del sistema, ubicado en el borde suroccidental de la capital, entre el Canal Cundinamarca y el río Bogotá.
Asimismo, con corte al 30 de abril de 2025, este sector estratégico reporta un avance significativo del 73,39 % en sus obras. Según información oficial publicada en el portal web del Metro de Bogotá, este componente del proyecto ha implicado retos técnicos de gran envergadura, pues desde sus inicios ha exigido transformaciones profundas sin precedentes en la historia reciente de la construcción de megaproyectos en Colombia.
En particular, el acondicionamiento del terreno representó un desafío monumental. Para elevar el nivel del suelo en más de cuatro metros —una medida clave para prevenir inundaciones ante un eventual desbordamiento del río Bogotá— fue necesario emplear más de 1,3 millones de metros cúbicos de material. Además, para reforzar el terreno y garantizar la estabilidad de las edificaciones, se instalaron 57.500 micropilotes, conocidos técnicamente como inclusiones rígidas, capaces de soportar el peso de las estructuras críticas para la operación del sistema férreo.
De igual manera, en este terreno, que cuenta con una extensión cercana a las 36 hectáreas, se construyen 15 edificaciones que en conjunto suman más de 85.000 metros cuadrados. En el patio taller se concentrarán los elementos esenciales para el mantenimiento y operación del sistema: vías férreas, talleres, bodegas, grúas, así como equipos especializados para la limpieza, reparación y soporte técnico de los 30 trenes del metro, cada uno compuesto por seis vagones. Se proyecta que estas unidades comiencen su operación comercial en los primeros meses de 2028.
Además, el desarrollo del patio taller contempla obras complementarias de vital importancia como el cerramiento perimetral del complejo, la adecuación de vías de acceso, la instalación de sistemas de drenaje para aguas lluvias y el traslado de redes de servicios públicos. Estas intervenciones, que iniciaron oficialmente en agosto de 2021, evidencian la magnitud y complejidad del complejo, cuyo funcionamiento será determinante para el éxito del proyecto Metro.
Es importante destacar que la instalación temporal de dos plantas industriales de gran escala, transportadas desde China vía marítima. Una de ellas se ha destinado a la fabricación de pilotes PHC (Pretensioned spun High strength Concrete pile), fundamentales para la cimentación del viaducto; la otra, a la producción de dovelas que conforman la viga en U, por donde transitarán los trenes. Una vez concluya su labor, ambas instalaciones serán desmontadas y trasladadas nuevamente por barco hacia nuevos destinos en el mundo, donde continuarán participando en la construcción de otros megaproyectos ferroviarios
Actualmente, en el área correspondiente al patio taller del proyecto Metro de Bogotá, ya se pueden observar diversas edificaciones que forman parte esencial de la infraestructura operativa. Entre ellas se encuentra el cerramiento perimetral, el cual delimita y asegura todo el perímetro del complejo, garantizando así el control de accesos y la seguridad de la zona en construcción.
En segundo lugar, se destaca el edificio SER 1 (Subestación Eléctrica Receptora), con una superficie construida de 148,81 m². Esta estructura tiene como función principal energizar tanto las zonas de estacionamiento como las áreas destinadas al mantenimiento de los trenes. Estará conectada a la red nacional de energía y albergará un transformador de gran tamaño importado desde China, lo que evidencia el nivel de especialización técnica requerido. Si bien la importación de equipos especializados puede suponer mayores costos logísticos, también garantiza el cumplimiento de estándares internacionales.
Seguidamente, se encuentra en desarrollo el edificio SET (Subestación Eléctrica de Tracción), cuya área construida asciende a 997,36 m². Esta instalación transformará la corriente alterna de 34,5 kilovatios proveniente de la red eléctrica nacional en corriente continua de 750 voltios, necesaria para alimentar el tercer riel del metro, encargado de proporcionar tracción a los trenes a lo largo de toda la red. Aunque este sistema representa una solución técnica eficiente y probada en múltiples ciudades del mundo, requiere de un mantenimiento especializado que debe considerarse en la planeación operativa a largo plazo.
Además, se avanza en la edificación de la máquina de lavado, con una superficie de 560,39 m². Este espacio permitirá realizar procesos de limpieza automatizada de los trenes, lo que contribuye a mantener estándares de higiene y presentación en el sistema. La incorporación de este tipo de tecnología mejora la eficiencia, aunque implica inversión constante en mantenimiento y actualización de equipos.
Asimismo, el hall de cocheras ya está en proceso de consolidación, con una imponente superficie de 23.947 m². Este espacio alojará los trenes fuera de operación y facilitará su organización logística dentro del sistema. Si bien se trata de una obra de gran envergadura, su implementación es clave para la eficiencia operativa del metro.
Por otro lado, se construye el edificio destinado al taller de mantenimiento de infraestructura, con un área de 10.535 m². Esta edificación servirá para atender las necesidades técnicas de reparación y revisión de los componentes físicos de la red. Aunque implica altos costos iniciales, este tipo de instalaciones permite mayor autonomía técnica del sistema.
En materia administrativa, se levanta un edificio con una superficie construida de 3.756 m². Este espacio centralizará funciones de coordinación, planificación y gestión del personal, promoviendo una operación más estructurada. No obstante, será clave implementar una cultura organizacional sólida para que este componente aporte realmente al buen funcionamiento del sistema.
Igualmente, se ha completado el edificio de control de accesos, cuya dimensión es de 63,22 m². Este punto funcionará como centro de control para el ingreso del personal al patio taller, reforzando las medidas de seguridad del proyecto. Aunque se trata de una estructura de menor tamaño, cumple un rol fundamental en la administración del recurso humano y el control operativo.
También, está en marcha la construcción del edificio para pruebas PDAP, con un área de 109,37 m². Esta instalación albergará la Plataforma de Pruebas de Apertura de Puertas del sistema, elemento esencial para verificar que los mecanismos automáticos funcionen correctamente. Las puertas, diseñadas para abrirse únicamente al llegar a cada estación, mejorarán la seguridad de los pasajeros. Sin embargo, estos sistemas automatizados requerirán pruebas y mantenimiento constantes para garantizar su funcionamiento óptimo.
Mirando hacia el futuro, se tiene prevista la construcción de nuevas estructuras dentro del patio taller. Entre estas se incluyen un tanque de almacenamiento de agua, una planta de tratamiento de aguas residuales y otras edificaciones complementarias que permitirán el funcionamiento integral del sistema metro. Aunque estos desarrollos representan una inversión significativa, su ejecución garantiza la sostenibilidad operativa y ambiental del proyecto.
Finalmente, ya se observa un avance notable en la instalación de los rieles del sistema. En el patio taller se han dispuesto gran parte de los 24 kilómetros de vía férrea planificada, y ya se ha completado un tramo de 905 metros destinado a pruebas. Este avance permitirá que, a partir de noviembre de este mismo año, llegue el primer tren al sistema para realizar recorridos de prueba, consolidando así una etapa crucial en el camino hacia la operación definitiva del Metro de Bogotá. A pesar de los desafíos técnicos y logísticos que conlleva esta fase, su realización representa un hito tangible que refuerza la confianza en la materialización del proyecto.
